Fortuna es famosa por la abundancia de sus manantiales de agua caliente. El agua, escasa en este campo, fluye libremente en Fortuna, dando lugar a una serie de fuentes como la Higuera, la Cueva Negra o los Baños, aguas termales que ya eran populares en la época de los romanos y que hoy han convertido de Fortuna un importante spa pueblo.

Historia

Fortuna La historia de Fortuna se remonta a los asentamientos ibéricos, los restos de lo que todavía puede verse en barrios periféricos tales como Caprés, Castillejo o Cortao de las Peñas. La dominación árabe es aún visible en el Castillico de los Moros (moros' Castillo). La ciudad del patrimonio cultural se enriquece con el estilo barroco-Parroquia de La Purísima, el Convento y el Ayuntamiento (que conserva algunas hermosas panneaux), todos construidos en una estética de estilo modernista.

En los alrededores (a veces desértico) se cubre con el agua que fluye de sus fuentes termales. Los visitantes pueden admirar el Cortao de las Peñas (dos montañas, aparte de dividir el movimiento de la tierra), o el Humedal del Ajauque y Rambla Salada, zonas de humedales protegidos de gran belleza.